viernes, abril 26, 2024

DESDE LOS TERRITORIOS, GENERALES

Parque Nacional Los Alarces: cambio climático y desidia oficial

Escribe: Silvio Schachter (arqutecto, periodista, ensayista, investigador de temáticas urbanas)

El sábado a la noche en el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut, se inició un incendio que se propagó rápidamente por las condiciones meteorológicas. El fuego comenzó cerca de las 22.30 en la laguna Larga, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Esquel y a unos 5 kilómetros de Villa Futalaufquen. El cambio climático y la desidia oficial son la causa y el efecto del fuego.

El parque y reserva nacional Los Alerces es un área protegida y patrimonio mundial de la Unesco. Incluye a los lagos Futalaufquen, Verde, Krüger, Rivadavia, Menéndez, Amutui Quimei y el río Arrayanes.

La distinción de la Unesco, de 2017, se basa en que: “El Parque alberga un bosque milenario con valor universal excepcional, por ser el alerce la segunda especie viviente más longeva del planeta. En la belleza natural del entorno y su importancia estética”. En la evaluación se tuvo en cuenta que su hábitat natural es importante para la conservación de la biodiversidad, incluyendo especies amenazadas que se destacan por su valor universal para la ciencia y la conservación ambiental. El Parque Nacional Los Alerces, tiene 188.379 hectáreas de las cuales más de 7.000 protegen Bosques Milenarios de Alerces, con ejemplares que alcanzan 2.600 años de existencia.

Hasta el viernes pasado estuve allí disfrutando de uno de los paisajes más hermosos de nuestro país, con montañas, lagos, ríos y bosques de una belleza incomparable, que conmueve y emociona. Solo acompañado por la multiple variedad de aves maravillosas que pueblan el parque, que es su habitat natural. Aun me parece increíble que 24 horas después de nuestra partida, un lugar que visitamos admirados este ardiendo.

En nuestro recorrido por sus caminos y senderos pudimos ver las huellas dolorosas de otros incendios recientes. En marzo de 2015 se registró uno de los peores incendios de la década dentro del parque, que devastó más de 1500. El 24 de enero de 2016 un nuevo incendio abarco más de 1700 hectáreas. Días antes de nuestra llegada muy cerca de Esquel, en la localidad de El Hoyo se declaró un enorme incendio en el cerro Currumahuida. La recuperación de los bosques tardará aproximadamente 30 años.

Las consecuencias del cambio climático que genera altas temperaturas, están produciendo devastadores incendios en todo el planeta. En Esquel también se viene registrando un crecimiento de los niveles de hipertermia. Las sequias han hecho que sea más difícil combatir los incendios, ya que estas condiciones facilitan que se propaguen rápidamente. Los científicos apuntan que el cambio climático seguirá haciendo que el clima sea más extremo y los fuegos más frecuentes y destructivos. Esto incluye los llamados “megaincendios”, fuegos tan grandes que son casi imparables. En estos momentos en el centro y sur de Chile un gigantesco incendio está arrasando los bosques en el Maule y la Araucaria.

Escribí en agosto del 2022: “teniendo como antecedente los registros del verano pasado en nuestro país, es previsible que cuando se aproxime la temporada estival volverán las sequias y los incendios. Nadie puede alegar desconocimiento”

La actividad abnegada de los brigadistas es ejemplar, pero contrasta con los recursos destinados a prevenir y combatir el fuego, que son escasos y a todas luces insuficientes. Muchas veces los incendios no se pueden evitar, pero las políticas correctas de prevención y salvataje pueden atemperar su magnitud y consecuencias. Es evidente que el actual Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación tiene una de las peores gestiones que se recuerden, lo cual es mucho, teniendo en cuenta los pésimos antecedentes de los gobiernos anteriores. Un ministro inoperante, con un Ejecutivo que tiene otras prioridades, como pagar la deuda externa y una política ambiental que se piensa desde los negocios.

No se puede ver arder un bosque sin sentir una enorme congoja y tristeza. “El agua vale más que el oro” se puede leer en las calles de Esquel. Nuestros bosques son invalorables, nuestra vida y la de todo el planeta depende de ellos.

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