sábado, abril 27, 2024

DEBATES Y TEORÍA

El programa extractivista de Grabois

Escribe: Agustín Gigli

Hace pocos días escribíamos una nota de debate sobre las posiciones del PO y el PTS sobre el litio (ver acá). Ahora nos toca continuar el debate con un candidato que desde el frente que gobierna a nivel nacional, el Frente de Todos, pretende darle continuidad a todo el extractivismo que estamos viviendo con una lavada de cara: Juan Grabois.

Grabois, en plena campaña electoral, lanzó sus “Propuestas para una Argentina Humana”. En el “capítulo 3: Recursos estratégicos: litio, combustibles y energías”, pretende explicar cómo se puede continuar con el extractivismo, recurriendo a los bienes comunes, que los llama “verdaderos tesoros”, para ponerlos “al servicio de una Argentina humana”. Para esto recurre a términos como “bienes comunes” y “maldesarrollo” que suelen estar presentes en el activismo ambiental. Pero es sólo un palabrerío para garantizar la continuidad de la megaminería, y el saqueo de estos bienes comunes.  De hecho, respecto del “maldesarrollo” Grabois retoma el camino del gobernador chubutense del Frente de Todos, Mariano Arcioni, quien ya había utilizado este concepto desarrollado Maristella Svampa y Enrique Viale, pero con el objetivo opuesto al de su concepción: lo usó para justificar la zonificación minera. Ahora Grabois lo utiliza para justificar la extractivismo megaminero de Litio y el fracking de Vaca Muerta. 

Veamos algunos puntos.

Litio

El litio se está convirtiendo en un elemento fundamental para la transición energética capitalista. Se utiliza en dispositivos inalámbricos, algunos que se volvieron esenciales para la vida cotidiana de la mayoría de trabajadores, pero otros, no. Podemos observar un montón de “chucherías” que utilizan pilas para funcionar, en forma totalmente innecesaria. Pero el litio es requerido fundamentalmente, para la electromovilidad: autos, colectivos, camiones que en lugar de ser impulsados por combustibles fósiles, por hidrógeno o con el uso de líneas eléctricas como se hace desde hace casi un siglo, el capitalismo pretende utilizar grandes cantidades de pilas de litio y garantizar la “libertad” de ir por “donde uno quiera”. Ante este uso del litio que no discute Grabois, o por omisión, acompaña, es que las grandes corporaciones internacionales lo consideran un “verdadero tesoro”. Y para extraerlo y utilizarlo antes de que surjan nuevas alternativas, se pretende liquidarlo tanto en el triángulo del litio de la puna como en la patagonia.

Para Grabois, no es ninguna preocupación la contaminación ambiental, el uso indiscriminado del agua, la contaminación política en los gobiernos (“Vemos políticos de todos los colores haciendo fila para entregar el patrimonio patrio y quedarse con la comisión”, aunque estos políticos son los propios funcionarios de su gobierno). El proyecto humanista de Grabois es crear una gran empresa mixta estatal-privada, YPF Litio, que mantenga las ganancias de los socios capitalistas y las pérdidas las contenga la fracción estatal. El modelo, para él, es el YPF socio de Chevron, que saquea y contamina Neuquén en Vaca Muerta, al que el estado le construye un gasoducto para exportar, cuando la nafta y el gas están a valores cada vez más alejados de cualquier trabajador. Es la YPF que se alía con Equinor y Shell para explotar el petróleo offshore, y que cumple la función de someter a las asambleas y activistas ambientales como lo dice el documento recientemente difundido “YPF exploración offshore con licencia social”.

Pero ¿Qué beneficios tendríamos de la explotación del litio con YPF Litio? Según lo que dice Grabois en su campaña, con esta explotación se podría “crear el fondo soberano del litio para la educación. (…) las ganancias se aplican exclusivamente al mejoramiento educativo.” Las ganancias que podrían obtenerse con una explotación capitalista no serían para eliminar la pobreza ni el hambre, sino sólo para mejorar el sistema educativo. Sin mencionar si se refiere al sistema educativo público estatal o, como lo entiende el gobierno nacional y la oposición patronal, incluye a la educación privada. ¿Estará pensando Grabois que la pobreza y el hambre no son consecuencia del plan de ajuste que mantiene a la mitad de los jóvenes por debajo de la línea de pobreza y que con un esfuerzo personal de ellos pueden salir de esta situación? Desde Izquierda Socialista y Ambiente en Lucha somos categóricos: no es el mérito personal el que sacará de la pobreza a los millones de jóvenes y trabajadores, es la ruptura del plan de ajuste acordado con el FMI que aplica el Frente de Todos y que darán continuidad tanto Juntos por el Cambio como el liberfacho de Milei.

También discrepamos cuando en el proyecto de gobierno de Grabois dice que hay que “Frenar la exportación en bruto del recurso y exigir a los inversores, valor agregado en orígen”. Creando empresas privadas que “agreguen valor” al litio, no se elimina el saqueo.

Para hacer esto, Grabois propone eliminar al litio del código de minería. No propone eliminar el código de minería ni la ley de inversiones mineras, que son la garantía del saqueo, impulsadas por el gobierno peronista durante la década del ‘90 y mantenido hasta el día de hoy. A cambio, dice que se debe “Cancelar todos los contratos mineros leoninos.” No sólo hace falta una definición de qué es un “contrato leonino” para Grabois sino una explicación de cómo lo hará sin tirar abajo el código de minería, la ley de inversiones mineras y la estabilidad fiscal con la que gozan y se sustentan las empresas mineras. Es más chamuyo para dejar todo tal cual como está. Estas leyes deben ser derogadas, tanto para el litio como para el resto de los minerales: no al saqueo del oro, la plata, el cobre y demás bienes comunes, garantizado por las leyes impuestas en los ‘90.

Hidrógeno verde

Tampoco deja sin mencionar al Hidrógeno Verde. Otro de los elementos codiciados en la actualidad. Y lo dice claramente: “Lograr que se haga finalmente realidad el desarrollo del hidrógeno verde.” Es decir, que se concrete el negocio de Fortescue y las demás empresas que junto al Gobierno de los Fernández, al de Arabela Carreras, Alicia Kirchner y Mariano Arcioni, pretenden llenar de molinos eólicos la patagonia, utilizar el agua salada del mar y descargar el salitre en las costas, para exportar el 100% del hidrógeno obtenido. Ese no es el camino para que la Argentina realice una transición energética. Combustibles fósiles para Argentina e hidrógeno para el norte global.

Energía nuclear

El desarrollo de la energía nuclear, según Grabois, debe realizarse como parte del “desarrollo de energías no contaminantes y tecnología centrada en el ser humano.” Por qué la energía nuclear estaría centrada, a diferencia de otras, en el ser humano, no lo sabemos. Pero nos dice que “Podemos tener el ciclo del uranio completo. Garantizando los yacimientos y la planta nacional de agua pesada.” Y olvidándose, convenientemente, de los residuos. Pero también, olvidándose que en Chubut, donde hay muchos yacimientos de uranio, existe una gran resistencia de parte de las asambleas, ya que la extracción de uranio implica un alto riesgo ambiental y para las poblaciones. Chubut ya dijo NO al basurero nuclear en Gastre, NO a la megaminería (de uranio entre otras). Con Grabois tendremos que seguir enfrentando los planes de saqueo como lo venimos haciendo.

Grabois desoye todo lo aprendido durante años de luchas ambientales que recorren el país. Desconoce a las asambleas y su lucha contra el saqueo megaminero, en defensa de los humedales, como los salares de la puna, amenazados por la extracción de litio. Y miente al circunscribir el extractivismo a la década del ‘90 (“el modelo extractivo fue la forma de abordar esta cuestión en los 90 y así nos fue”) cuando es una política que perdura hasta el día de hoy y con su “Propuesta para una Argentina humana” seguirá teniendo continuidad.

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