martes, octubre 08, 2024

GENERALES, INTERNACIONALES

¿Más falsas promesas? Sobre los “acuerdos” de protección a la biodiversidad marina

Escribe Belén B., estudiante de Derecho.

En el marco de la Conferencia Intergubernamental sobre Biodiversidad Marina de Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional, los Estados miembro de la Organización de las Naciones Unidas llegaron a la culminación de un texto que busca garantizar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de áreas fuera de la jurisdicción nacional.

Ante ello, el Secretario General de la Organización, António Guterres, dijo: “Es una victoria para el multilateralismo y para los esfuerzos globales por contrarrestar las tendencias destructivas que enfrentan la salud de los océanos, ahora y para las generaciones venideras”.

Según se supo al momento, el recientemente llamado “Tratado de Alta Mar” colocaría el 30% de los océanos del mundo en áreas protegidas, destinaría más dinero a la conservación marina y cubriría el acceso y el uso de los recursos genéticos marinos.

Corresponde mencionar que la redacción del texto del Tratado lejos está de la vigencia y aplicación de su contenido, dado que resta un arduo proceso de debate en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el cual es seguido por el proceso de ratificación del Tratado. Ya vimos en cada COP (“Conferencia de Partes” en las que los gobiernos discuten pautas ante la crisis climática) como los “pre-acuerdos” son luego desarmados por el lobby de las empresas. Además, estos compromisos de “voluntades” deben ser puestos en contexto con las políticas reales que se están llevando a cabo a escala global, como la expansión de la frontera off shore, o incluso la luz verde para la explotación petrolera en el Ártico que está habilitando el gobierno de Joe Biden.

Frente a este hecho que desde las Organizaciones Internacionales quieren hacer ver como un gran logro consolidado y avance en materia medioambiental, desde Ambiente en Lucha sostenemos que la única salida verdaderamente comprometida para poner fin a la crisis climática implica un cambio estructural en las políticas que nos han aproximado hacia la catástrofe climática. Algo que en el caso de la protección marítima debería partir de la prohibición de iniciativas como las off-shore que buscan instalar en la costa de Mar del Plata, así como también la penalización a las empresas responsables de la contaminación de los mares para que se hagan por entero responsables de los necesarios trabajos de mitigación de los daños causados, así como también, la obligación de transformación de sus procesos productivos sobre la base de recursos re-utilizables, y terminar con que el lecho marítimo tenga el actual destino de basurero del mundo. De fondo, para garantizar estas transformaciones es necesario un cambio en el sistema de producción. Una vez más, ante el desastre al que nos lleva el capitalismo, la disyuntiva es socialismo o catástrofe.

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